domingo, 14 de septiembre de 2008

Cambio

sobre mi primera experiencia de física cuántica, ayer.

De pronto cerré los ojos y decidí que todo iba a cambiar. Que el cielo sería otro, las calles, el viento, la sensación térmica y sobre todo los rostros, las historias con unos y otros. No sé cómo quería que cambiaran, nada demasiado nuevo, porque entiendo que cuesta mucho trabajo inventar realmente algo, y así, sólo cerrando los ojos, seguramente no podría crear nada.

Cerré los ojos y me pensé una diminuta concentración informe de átomos, que por momentos desaparecen para aparecer en otra dimensión del espacio de la que todavía no era consciente. Sólo era cuestión de abrir la conciencia en alguna otra dimensión. Por más similar que al principio pudiera parecerme.

Abrí los ojos y me disculpé con ellos por no ver nada diferente, convencida de que aquél era otro universo de posibilidades. Otras tendencias posibles. Y me dispuse a elegir de nuevo cada una de las decisiones que he tomado hasta ahora y que me sitúan en este círculo de espacio-tiempo.

Y no dejé de sentir lo que sentía hasta entonces. Pero se sumó otra sensación: la libertad de ser y decidir sobre todas las posibilidades existentes de cada situación. La libertad de imaginar que mientras soy consciente de un universo, estoy viviendo además y simultáneamente, otras tendencias posibles, que adquieren ese carácter como consecuencia de hombres y mujeres con los que confluimos en ciertos deseos sobre algo.

Se multiplicó por miles mi capacidad de amar. De construir, de aprender, de preguntar. Se multiplicaron por miles las oportunidades de compartir, las risas con ganas. Las oportunidades de vivir, de encontrarme de miles de formas con miles de almas.

Y supe que pude haber tenido o quizás tuve otras historias. Y me sentí hermana de mucha gente y madre de muchxs niñxs. Y me sentí millones de veces responsable de lo que hago por su alegría o por su dolor.

Y fui muchas veces feliz incluyendo, muchas veces, al dolor que supone siempre la felicidad.

2 comentarios:

ROUSIS dijo...

Cuando las leyes de la matemática se refieren a la realidad, no son ciertas; cuando son ciertas, no se refieren a la realidad.

Albert Einstein
LO DIJO EL PERO LA VERDAD QUE SI UNO PONE UN POQUITO LAS COSAS PUEDEN CAMBIAR...

Noe Sánchez dijo...

¿Por qué habrá dicho esas cosas este hombre? Quizás para no volverse loco... Yo me quedo con tu "PERO"... :-)
un beso

abrir los ojos

Abrir los ojos para soñar. Soñar para estar despiertas.
Despertar para ver el mundo
más acá, mucho más acá

de la realidad.